Transmisión de Rabia por mordedura de Roedores

 

La rabia es una enfermedad causada por un virus de la familia Rhabdoviridae que puede afectar a diferentes tipos de animales mamíferos incluido el ser humano. Este virus se transmite habitualmente mediante la mordedura de un animal enfermo a través de su saliva.

La creencia popular de que las ratas, los ratones y las ardillas pueden ser "transmisores habituales" del virus de la rabia hacia otros animales y a los seres humanos es infundada.

Existen algunos datos y criterios epidemiológicos de peso que se derivan de la patogenia de la rabia en roedores, que son muy importantes y es necesario conocer.

En primer lugar si los roedores padecen rabia avanzada, cursarán por lo general con un cuadro paralítico, lo que dificultará la posible transmisión del virus, debido a que estos animales no serán capaces de tener la movilidad suficiente para trasladarse y agredir a otro animal o eventualmente a un ser humano, muriendo habitualmente dentro de su guarida.

Además, anatómicamente estos pequeños mamíferos poseen "glándulas salivales rudimentarias", lo que impedirá la secreción del virus rábico en cantidades suficientes (dosis infectante) y en condiciones de virulencia necesarias, para que la transmisión de la enfermedad sea eficaz.



Fuente: www.meganews.mx


Estadísticamente algunos animales no son habitualmente informados a la autoridad sanitaria como positivos a rabia. En esta lista podemos mencionar a los conejos y a pequeños roedores como las ardillas, las ratas, los ratones, los cuyes (cobayos), los jerbos y los hámsteres. Es posible que estos animales efectivamente contraigan la rabia pero sólo en circunstancias excepcionales, tales como si se diera el caso de ser atacados por un animal de mayor porte positivo a rabia y que tuviesen la oportunidad bastante poco probable de quedar vivos.

Green en su manual de “Enfermedades Infecciosas del Perro y el Gato” en una misma línea de análisis, lo atribuye al hecho de que en caso de ataque por un perro o un gato, un roedor difícilmente sobrevivirá. En todo caso, si se diera la situación inversa un perro o gato podrían adquirir el virus desde un roedor, mediante la ingesta de tejido nervioso contaminado, situación poco probable pero no imposible.

En los Estados Unidos (EUA), casi nunca se han detectado casos de infección por rabia en mamíferos pequeños, como ardillas, ratas, ratones, hámsteres, cobayos, jerbos, ardillas listadas, conejos y liebres, y no se considera de relevancia que estos animales puedan ser transmisores de la rabia a los seres humanos.

Las mordeduras de estos animales no se suelen considerar un posible riesgo de contagio de rabia a menos que el animal agresor esté enfermo o se comporte de una manera extraña, y además en el área en donde se produce el suceso el animal o persona lesionada, la rabia sea una enfermedad prevalente y generalizada.

No obstante, entre 1985 y 1994, las marmotas americanas representaron el 86% de los 368 casos de rabia en roedores notificados al CDC (Center of Diseases Control). Las marmotas americanas (marmota monax) son los únicos roedores que con frecuencia se envían a los departamentos de salud estatal por sospecha de infección por el virus de la rabia. En todos los casos que involucren a roedores, se debe consultar con el departamento de salud local o estatal antes de tomar la decisión de iniciar la profilaxis de post-exposición, luego de un accidente por mordedura por estos animales.


Según la Organización Mundial de Salud (OMS)

No se ha demostrado hasta la fecha en ningún país de América que estos animales participen como reservorios o transmisores en la cadena epidemiológica de la rabia urbana o silvestre.

Por tal motivo ante una eventual agresión no se recomienda dar tratamiento post exposición con vacuna antirrábica humana, pero si se deberán prescribir antibacterianos y prevención antitetánica, ésta última, dependiendo de los antecedentes de vacunación de la persona.

La rabia en los roedores se presenta en su forma paralítica reduciéndose la posibilidad de agresión a una persona. Sin embargo, ante una eventual mordedura de un roedor que no se desplaza o presenta movimientos torpes, se enviará la muestra al laboratorio para descartar rabia y el profesional actuante podrá iniciar la vacunación con el esquema reducido de vacunación antirrábica. 

La fuente de datos del Sistema de Información Regional para la Vigilancia Epidemiológica de la Rabia (SIRVERA) no muestra registro de casos de Rabia en ninguna de las especies que conforman los grupos de roedores y lagomorfos. No obstante, en las estadísticas del Instituto de Zoonosis Luis Pasteur, se muestran algunos casos en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina).


Fuente: Instituto de Zoonosis Luis Pasteur.
La rabia en la Ciudad de Buenos Aires: de la endemia al control. Historia de los últimos sesenta años.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires; 2018. 
https://rabia.com.ar/parte-i-generalidades-capitulo-5-la-rabia-en-argentina/la-rabia-en-el-siglo-xx


Conclusión

En base a la información compartida se puede concluir que el principal transmisor de la rabia a los seres humanos siguen siendo los perros y últimamente también los gatos. 

Esta realidad nos demuestra una vez más que la mejor estrategia para prevenir la rabia en las personas, es vacunar a todos los perros y gatos a partir de los 3 meses y luego cada año, durante toda la vida.

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