La Vacunación inmediatamente luego de la Castración: una práctica responsable.
Introducción
Las
vacunas son quizás una de las herramientas profesionales más importantes
en la prevención de las enfermedades infectocontagiosas, que sirven para el
mantenimiento de la salud individual, poblacional y en determinados
casos para reducir o erradicar diversas zoonosis con fuerte impacto sobre la salud pública.
La
inmunidad colectiva es una forma de protección que se produce cuando la
vacunación de una parte importante de la población de perros, gatos o personas,
proporciona una medida de protección para los individuos que no han
sido vacunados y/o que no han desarrollado protección. Surge cuando un alto
porcentaje de la población está protegida mediante la vacunación contra un
virus o una bacteria, por lo que es difícil que una enfermedad se propague
debido a que quedan muy pocos animales que permanecen susceptibles de enfermar.
La
vacunación es el medio más eficaz y seguro para lograr que un grupo de animales
tenga altos niveles de protección poblacional. La proporción de la población
que debe ser vacunada con el fin de obtener la inmunidad de grupo varía para
cada enfermedad, pero se considera que si logramos entre un 70% y 80% de los
perros y gatos vacunados, podemos cortar el ciclo de transmisión terrestre
de la Rabia, para que esos animales no representen un peligro para otros
animales y potencialmente para la población humana, con la que comparten
el hábitat.
Los
gatos son víctimas incidentales y ocasionales de la rabia y pueden
constituir un vínculo entre los reservorios naturales (murciélagos, animales
salvajes) y los humanos. Suelen ser menos vacunados que los perros y en
la actualidad es la población de animales domésticos a tener en foco debido a
sus hábitos y características de vida.
La
mayoría de los programas oficiales de control de enfermedades que tienen la
posibilidad de trasmitirse de los animales al humano, denominadas “zoonosis”,
reconocen la importancia de la inmunización de la mayor cantidad posible de
animales de una población, pero a veces y en determinadas ocasiones es difícil
para los programas corrientes, acceder a la proporción de animales necesaria
para lograr los objetivos epidemiológicos, por lo que se deben
aprovechar “todas” las oportunidades disponibles, para aplicar la
vacunación a todo animal con el cual los integrantes de los Programas de
Control Poblacional logren relacionarse e interactuar.
Se
especula con que un cúmulo de situaciones que son causa de estrés en los
animales, pueden de alguna manera reducir la eficacia de la vacunación, sin
embargo el impacto real es especulativo.
¿Puedo
administrar una vacuna al paciente anestesiado?
Habitualmente
en situaciones en las que tenemos todo el control, las mejores condiciones y
posibilidades, sumado a la presencia de un dueño responsable, esta práctica por
lo general NO es necesaria y NO se utiliza habitualmente en los consultorios
veterinarios privados. Lo ideal en estos casos es vacunar a los animales en
otro momento.
Sin
embargo, en el caso de que haya una oportunidad limitada de contacto con los
animales para administrar una vacuna (por ejemplo, programas de esterilización
y castración), la aplicación de la vacuna antirrábica (perioperatoria)
puntualmente después de la recuperación de la anestesia es una práctica
aceptable, eficaz y segura. Recordemos que se trata de una vacunación
obligatoria por ley para todos los perros y gatos.
Respuesta
inmune luego de la vacunación
La
Organización Mundial de la Salud considera a un título de anticuerpos ≥ 0,5
IU /ml. como un indicador de protección para evaluar la eficacia de una
vacuna antirrábica utilizada en humanos o animales.
Teniendo
en cuenta que las vacunas disponibles para la Rabia son inactivadas, que
el antígeno no replica en el animal y que además poseen adyuvantes
(condición por la que reciben el nombre de vacunas adsorbidas) la máxima
respuesta a la vacunación no será inmediata.
Esto
es debido a que la función del adyuvante es generar una señal de daño en el
punto de aplicación que desencadene la respuesta inmune, modular y orientar la
respuesta inmune hacia una respuesta equilibrada Th1/Th2, y ejercer un efecto
de “depósito” a través de la liberación sostenida de las partículas antigénicas
para que el estímulo sobre el sistema inmune sea prolongado y la respuesta
sólida.
Debido
a esto, la acción de una vacuna de estas características será mínimamente influenciada
por una situación de estrés puntual y de corta duración, pues la liberación de
las partículas antigénicas se producirá no sólo al momento posterior a la intervención,
sino además cuando el animal se encuentre en las condiciones fisiológicas para completar la respuesta a la vacunación.
La
vacuna contra la rabia produce una curva de respuesta de anticuerpos típica,
con disminución paulatina de la intensidad con el paso del tiempo. Algunos
estudios han demostrado que la protección se alcanza 2 semanas
luego de la administración y que el pico máximo en los niveles de
anticuerpos se produce cerca de las 4 semanas después de la vacunación,
momento en el que cualquier situación previa ha sido completamente superada.
De hecho podemos postular como se ha comprobado en un estudio sobre respuesta a
la vacunación pre y post cirugía en perros, que la administración de un
biológico en esas condiciones es segura, efectiva y en determinadas
condiciones hasta puede prevenir el estado de inmunosupresión post
quirúrgico.
Desde
otro enfoque es necesario resaltar que por ser vacunas con virus inactivados,
que no pueden replicar en el animal, ni eliminarse a través de secreciones al
entorno y comprometer la salud del vacunado ni la de otros animales, y haciendo
referencia específicamente al caso de gatos bajo condiciones de estrés y la
posibilidad que existe con las vacunas vivas de generar estados portadores
crónicos; podemos comprender que con la aplicación de las vacunas inactivadas NO es posible que esta situación se produzca, haciendo la práctica de la
vacunación en condiciones de moderado estrés transitorio muy segura.
La
vacunación de gatos en situación de calle
La
población de gatos en condiciones de calle es de gran preocupación para los entes
sanitarios. Algunos programas de control son populares en determinados lugares
para ayudar a reducir la población de gatos y al mismo tiempo mejorar la salud
de estos animales. No es raro y de hecho suele ser habitual, realizar la vacunación de los animales
capturados, cuando se han recuperado de la anestesia para una cirugía de
castración. Esta situación estresante, lógicamente genera la preocupación del
observador NO entrenado, colocando su atención en que el estrés pueda anular la
respuesta a la vacunación.
Varios
investigadores de la Universidad de Florida examinaron la capacidad de
algunas vacunas para proteger a los gatos a partir del análisis de los datos
obtenidos en un programa de control poblacional. 61 gatos fueron incluidos en
el estudio. Los gatos fueron capturados y luego anestesiados para la
castración. Se realizó una extracción de sangre inicialmente a todos los
animales para mesurar su estatus inmune. Luego se administró la vacuna
antirrábica a 32 gatos. Entre las 8 a 12 semanas, los gatos fueron capturados
nuevamente y se les repitió el análisis de sangre con el fin de evaluar
seroconversión. Previo a la vacunación solo un 10% de los gatos tenían
niveles de protección por anticuerpos contra la rabia, y posteriormente se confirmó un 98%
de seroconversión en los animales vacunados.
Este
estudio nos muestra que una sola vacuna en el momento de la castración dentro
de los programas de control poblacional, es altamente eficaz en referencia a la
inducción de títulos protectores, incluso considerando el estrés circunstancial
de la captura, la anestesia y el procedimiento quirúrgico.
Para
el profesional entrenado en medicina preventiva y protocolos poblacionales de
inmunoprofilaxis para el control de enfermedades con o sin impacto en salud
pública, el hecho de que la vacunación fuera eficaz NO sorprende. Otros
trabajos en perros y gatos han demostrado que una inmunosupresión transitoria
no afecta significativamente la respuesta del sistema inmune del animal frente
a la aplicación de vacunas.
Si
luego de la evaluación clínica del profesional veterinario previa a la
castración, en el contexto de un programa oficial de control poblacional, se determina que el animal está en condiciones de ser sometido a
una cirugía, se desprende de la bibliografía consultada, que también está en
condiciones de responder adecuadamente a la vacunación.
Como recomendación en sintonía con los datos disponibles y de la experiencia obtenida dentro de un Programa Nacional de Tenencia Responsable (Argentina), podemos sugerir a los que deseen introducir esta práctica dentro de sus procedimientos de rutina, las siguientes precauciones:
- Mantener a los animales en condiciones térmicas controladas durante la cirugía, la recuperación anestésica y al momento de la vacunación.
- Aplicar la vacuna una vez que el animal se ha recuperado de la anestesia, debido a que existe una mínima posibilidad, que nunca hemos tenido la oportunidad de ver en nuestra experiencia, pero que la bibliografía refiere sobre la posibilidad que el animal vomite a consecuencia de la vacunación. Con un impacto obviamente diferente si el animal está anestesiado o ya recuperado de la misma.
- Atemperar la vacuna luego de retirada de la conservadora o refrigerador y antes de su aplicación.
- Utilizar jeringa de 2,5 ml y aguja 25x6 (cono celeste).
- Administrar la vacuna exclusivamente por la vía subcutánea.
- No utilizar el espacio interescapular en los gatos para la aplicación de las vacunas, salvo que por cuestiones operativas de manejo sea imprescindible usar este sitio de inoculación.
- Si se trata de gatos y de la vacunación antirrábica, podemos adoptar un estándar de rutina, definiendo un sitio específico de vacunación, para que todos los profesionales y técnicos de cada programa utilicen el mismo. Este sitio puede ser en la cola, el flanco abdominal derecho, o por debajo de la rodilla derecha, en relación a la adhesión a las recomendaciones de los especialistas en Shelter Medicine, de los del VGG (Grupo de Expertos en Vacunación) de la WSAVA (Asociación Mundial de Veterinarios), o de los de la AAFP (Asociación Americana de Especialistas en Felinos), respectivamente.
Recordemos la recomendación de adoptar estándares para todos los procedimientos, los que deberán ser respetados y utilizados por todo el personal afectado al programa.
Lecturas sugeridas
- Miyamoto et al.: Immunological responses after vaccination pre and post surgery in dogs. Department of Veterinary Surgery, Faculty of Agriculture, Yamaguchi University, Japan. J Vet Med Sci. 1995 Feb; 57(1):29-32.
- Taura et al.: Changes in lymphoproliferation and DTH responses after vaccination immediately before surgery in puppies. Department of Veterinary Surgery, Faculty of Agriculture, Yamaguchi University, Japan. J Vet Med Sci. 11/1995; 57(5):899-904.
- World Health Organization: Expert Committee on Rabies. Geneva; 1991.
- Mansfield KL. Et al.: Factors affecting the serological response of dogs and cats to rabies vaccination. Veterinary Record (2004) 154, 423-426.
- Fischer SM et al.: Response of feral cats to vaccination at the time of neutering. Department of Small Animal Clinical Sciences, College of Veterinary Medicine, University of Florida. JAVMA, Vol. 230, No. 1, January 1,2007
- Reese MJ et al.: Effects of anesthesia and surgery on serologic responses to vaccination in kittens. Department of Small Animal Clinical Sciences, College of Veterinary Medicine, University of Florida, Gainesville, FL 32610, USA. JAVMA. 2008 Jul 1; 233(1):116-21.
- Novak W.: Predicting the Unpredictable Vaccine Reactions. Banfield, The Pet Hospital Portland, OR. Proceedings of the NAVC Congress, Orlando Florida 2007.
- Nara PL et al.: Effects of prednisolone on the development of immune responses to canine distemper virus in beagle pups. American Journal of Veterinary Research 01/1980; 40(12):1742-7.
- 2013 AAFP Feline Vaccination. Journal of Feline Medicine and Surgery (2013) 15, 785–808.
- O’Toole E.: Guidelines for Feline Vaccination. Ohio State University. http://www.vet.ohio-state.edu
- AAFP Feline Vaccine Advisory Panel Report JAVMA, Vol. 229, No. 9, November 1, 2006.
- Rabies Virus, Epidemiology, Transmission and Free-roaming Cats. www.nimbios.org
- Greene CE, Schultz RD. Immunoprophylaxis. In: Greene CE, ed. Infectious diseases of the dog and cat. 3rd ed. Philadelphia: WB Saunders Co, 2006;1069–1119.
- Glaser R, Kiecolt-Glaser JK, Malarkey WB, et al. The influence of psychological stress on the immune response to vaccines. Ann N Y Acad Sci 1998;840:649–655.
- Nelson CJ, Lysle DT. Severity, time and β-adrenergic receptor involvement in surgery-induced immune alterations. J Surg Res 1998;80:115–122.
- Dhabhar FS. Stress-induced augmentation of immune function—the role of stress hormones, leukocyte trafficking and cytokines. Brain Behav Immun 2002;16:785–798.
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