¿Cuál es el papel del Médico Veterinario en la Vacunación?

Introducción 

El diseño del plan preventivo de inmunoprofilaxis para un paciente, la prescripción médica específica y la aplicación de una vacuna, son actos inherentes exclusivamente a la órbita profesional, por lo que su implementación en los animales debe estar siempre bajo la estricta supervisión de un médico veterinario.

La vacunación pertenece al grupo de prácticas profesionales que son percibidas por el público en general como simples y rutinarias, pero en el trasfondo presenta un cierto grado de complejidad.

Existen un cúmulo de enfermedades infectocontagiosas y/o transmisibles, algunas de ellas con potencial zoonótico e impacto en salud pública como por ejemplo la leptospirosis y la rabia, que pueden ser prevenidas mediante el uso de productos biológicos. Por lo que la administración de vacunas representa una parte muy importante de cualquier plan integral de medicina veterinaria preventiva dentro de la clínica de grandes y pequeños animales.


No es sólo un pinchazo

Para los animales de compañía, esta práctica de vacunación siempre deberá iniciarse con una revisión clínica general del paciente, que busque determinar las condiciones de salud de cada animal en forma individual y en ese momento dado (esta condición puede variar en el tiempo), que va a ser sometido a la vacunación.




Posteriormente y a través de un breve cuestionario que siempre se deberá realizar al tenedor del animal, el cual tendrá la finalidad de recabar toda la información necesaria que sirva para orientar al profesional a definir el riesgo individual de cada animal para adquirir determinada enfermedad, basándose en la prevalencia de la misma en la zona (geográfica, social, etc.) y por estilo de vida del paciente.

En base a esto el médico veterinario, podrá diseñar el mejor plan de vacunaciones para ese animal en forma individual y frente al riesgo determinado para ese preciso momento.


Los tópicos que se deberán tener en cuenta son:

·  Estado nutricional y sanitario

  • Parasitismo externo e interno
  • Cirugías
  • Enfermedades concomitantes
  • Medicinas compatibles o incompatibles con la vacunación, etc.

 ·  Edad

  • Cachorro
  • Adulto

·  Sexo 

  • Macho
  • Macho castrado
  • Hembra
  • Hembra castrada
  • Hembra gestante 

·  Raza 

  • Susceptibles de enfermar (ej.: Rottweiler)
  • Dificultad para inmunizar (No respondedores)
  • Predispuestas a reacciones indeseables (Razas pequeñas) 

·  Riesgo potencial de enfermedad 

  • Por prevalencia de la enfermedad en la zona (ej.: Leptospirosis)
  • Por estilo de vida del animal 
    • Animal individual
    • Animal de criadero
    • Animal de refugio
    • Animal de exposición 
  • Por necesidad de inmunización temprana  
    • Cachorros que van a ser desapegados precozmente de la madre. Ej.: animales que van a ser comercializados en tiendas de animales. Exposiciones comerciales de cachorros. Todo animal en donde sea deseable una estimulación y socialización adecuada. 


Definidos estos puntos, se puede concluir si el animal presenta algún problema de salud previo que impida la vacunación o por el contrario si está en condiciones adecuadas para poder recibir un producto biológico preventivo. Esta práctica podrá o no ser implementada dentro de la misma actuación por el profesional a cargo o en su defecto y en relación al tipo de práctica, por personal técnico entrenado bajo la supervisión del mismo.


Existen distintos tipos de vacunas en la clínica de animales de compañía según la forma como se presentan sus antígenos.

Las habituales son: 

  • A virus o bacterias muertas (no infectantes)
  • A virus o bacterias atenuadas (infectantes)
  • Recombinantes
  • ADN 

Estos productos son diferentes en cuanto a su forma de producción y en su mecanismo de acción. A su vez tienen distintas aplicaciones e indicaciones y se usan para prevenir: 

  • Enfermedades producidas por bacterias (extracelular/intracelular)
  • Enfermedades producidas por virus (intracelular)
  • Enfermedades producidas por parásitos
  • Enfermedades producidas por hongos
  • Enfermedades que son protegidas por anticuerpos
  • Enfermedades que son protegidas mediante inmunidad celular 

En cuanto a la cantidad de antígenos con los que son elaboradas, tenemos vacunas:

  • Monovalentes (Parvo, Rabia)
  • Polivalentes (Leptospirosis - 2/4 serovares)
  • Combinadas o mixtas (Quíntuple)
  • Combinadas virales + bacterina (Séxtuple)

Si nos referimos al sitio de ingreso de los antígenos, tenemos vacunas de aplicación:

  • Local (ej.: Intranasal, oral)
  • Parenteral. Vía subcutánea como primera elección o alternativamente en forma intramuscular.

 

A su vez, algunas vacunas pueden estar formuladas con adyuvantes, que son sustancias químicas que se agregan a las vacunas con la intención de modificar la presentación antigénica y la respuesta inmune del animal. Algunos de estos adyuvantes pueden producir irritación y posteriores reacciones en el punto de inoculación o tener impacto a nivel sistémico.

El médico veterinario conoce las características técnicas de los distintos productos biológicos existentes en el mercado y además posee sólida formación académica que le permite conocer en profundidad las diferentes enfermedades de los animales contra las que se está intentando proteger.

Por todo esto, el profesional veterinario es la única persona idónea y que se encuentra ampliamente capacitada para definir de forma racional cuál de todos los productos disponibles comercialmente será el indicado para cada animal.

 

Fallas en la vacunación

Con respecto a posibles insucesos luego de la vacunación, podemos decir de forma general que utilizando cualquiera de las vacunas disponibles, si no se evalúa la condición previa de cada animal o lote de animales, si se elige un producto no adecuado y/o si el diseño del plan de vacunaciones es erróneo, algunos de los pacientes podrían quedar sin la debida protección.

El médico veterinario es la única persona académicamente capacitada y formada para diseñar esquemas de vacunaciones basados en conceptos y criterios científicos demostrables, surgidos de los conocimientos actuales en inmunología/vacunología y no en meras especulaciones caprichosas.

 

Reacciones adversas

En relación con la posibilidad de presentación de sucesos adversos no esperados luego de la vacunación, como médicos veterinarios con experiencia entendemos que ninguna práctica médica, ni el uso de cualquiera de los productos disponibles comercialmente en veterinaria pueden ser presentados como 100% seguros. La aplicación de vacunas no escapa a esta regla. El médico veterinario es el único profesional que tienen los conocimientos para saber que vacunas deberán ser utilizadas para cada animal, no solo con la finalidad de lograr su protección, sino también para hacer de la vacunación una práctica inocua y muy segura.

Si a pesar de las medidas precautorias tomadas para la ocasión, se presenta una reacción no deseada, el médico veterinario es la única persona capacitada para hacer frente a esta situación, que en manos de neófitos podría llegar al extremo de comprometer la vida de ese animal.

La mera aplicación de una vacuna es una práctica relativamente simple, sin embargo, la prescripción de un plan racional de vacunaciones que pretenda lograr la protección del mayor número de animales posible es un acto complejo. Únicamente el médico veterinario está preparado para hacer un análisis adecuado para cada situación en particular, con la finalidad de obtener los mejores resultados.

Si se realiza el trascendental acto de la vacunación de manera automática y sin pensar, es lógico que puedan surgir problemas o que queden algunos animales sin el adecuado nivel de inmunización.

 

Impacto en salud pública

Por otro lado, es importante resaltar que algunas de las enfermedades que se intentan prevenir a través de la aplicación de vacunas, pueden ser transmitidas al hombre:

  • Leptospirosis
  • Rabia 

En este sentido el médico veterinario juega un rol trascendental como agente de salud pública, el cual colabora eficazmente desde cada lugar de trabajo, ya sea en el ámbito privado o público, para evitar la diseminación de estas enfermedades. Protegiendo la salud de toda la familia cuando se trata de animales de compañía, situación que, al ser repetida día tras día y animal tras animal, se proyecta directamente hacia la salud de toda la población.

El médico veterinario local, es la única persona que conoce la prevalencia de cada una de las enfermedades que pueden transmitirse a las personas (zoonosis) en la zona en donde desarrolla su actividad profesional, y por lo tanto la más capacitada para definir con precisión el riesgo de enfermar para una determinada población o para un animal desde el enfoque individual.

En base a esta evaluación, el profesional veterinario, estará en las mejores condiciones para recomendar la cantidad de dosis iniciales y el intervalo entre las mismas que los animales necesitarán para estar protegidos, y como consecuencia de esto, proteger a toda la población humana que vive en contacto con ellos.

El médico veterinario es la única persona preparada para definir que vacuna hay que aplicar, a quién, cada cuánto, y además se encuentra sólidamente capacitado para fundamentar su proceder.

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